Dodge Charger 70: un auto de película
Dentro de los automóviles utilizados ante cámaras, el Dodge Charger en su modelo 70 es uno de los mimados. Desde series de TV hasta películas de estreno reciente, esta máquina lo justifica con cada tuerca con un diseño robusto pero aerodinámico y un potente motor. Un repaso de sus características más sobresalientes y a su carrera artística.
Un poco de historia
Como una división de Chrylser, en 1965 Dodge recibió la orden de diseño y fabricación del primer Charger en respuesta a la demanda de un híbrido que compita con nuevos automóviles de lujo como el Thunderbird o livianos y compactos como el Ford Mustang, por otro lado. El resultado fue este increíble vehículo que resultó también un abanderado del machismo llevado a las ruedas e identificado de esta manera en un par de spots comerciales en la tv.
Lanzado en 1966, el Charger fue presentado en la competencia de Nascar, pero con un resultado no deseado que fue su deslizamiento crónico en la pista. Algo que cuando se incluyera en la serie de TV "Los Dukes de Hazzard, sería muy vistoso y aplaudido por los fans.
Especificaciones
Dotado con un motor V8 440 Magnum de 7200 cm3 (utilizado específicamente para las carreas de Nascar), el Charger ademas poseia tres carburadores de dos bocas. Con 375 Hp de potencia, además tenía la posibilidad de ser pedido con caja de cambios automática o manual.
En 1968 se realzó su aspecto con un nuevo diseño que incluía molduras en puertas y capó, junto a su característica caída hacia el baúl que le confería un aspecto único. También se lo podía pedir con techo vinílico. Con estas características dejó de fabricarse en 1975.
De Hazzard al Infierno
El Charger fue la vedette de este show antes mencionado como el "General Lee", el auto de la bandera confederada en el techo que manejaban los primos Duke. Pero más recientemente Vin Diesel y Paul Walker estuvieron al volante de uno en Rápido y Furioso, hasta sacarle chispas. Su última aparición fue en "Infierno sobre ruedas", película en la que Nicolas Cage exige su máquina como si se tratara del caballo del diablo mismo.
Y quizás algo de esto haya en esta máquina infernal.
