Perder peso no es sacrificarse, sino recuperar el equiibrio

La causa principal de la obesidad proviene de los excesos y los desórdenes en la alimentación. Más allá de lo que provoca éste comportamiento, recuperar el peso ideal no requiere de sacrificios, sino de la toma de conciencia y la propia decisión.

No sólo el dueño de un sentimiento de frustración que no consigue seguir una dieta es quien duda de la eficacia de las mismas. Un sector importante de la sociedad cree que los "Gordos felices" son modelos a seguir. Ellos pretenden convertirse en un excelente ejemplo de que se puede vivir en ese estado sin problemas.

Pero la realidad marca que un alto índice de personas no "es" gorda, sino que lo "está" debido a una conducta alimentaria indebida. Una vez aceptado eso, habrá que medir el grado de obesidad, las consecuencias probables de persistir en ese estado y, profesionales mediante, la forma de salir del mismo. Se trata de un problema de salud, no de estética ni de discriminación.

Las dietas siempre han sido el bastión de los más "fuertes" a la hora de animarse a hacer algo por su bienestar. La llegada de los nutricionistas, una ayuda inmejorable. Y por último, el detalle en las etiquetas de los alimentos, el aliado final para saber que es lo que ingerimos y de qué nos nutrimos. Internet y su increíble efecto didáctico nos han puesto a un click de hacernos con la información precisa.

Ya se nos acaban las excusas para desconocer que efecto causa en nuestro metabolismo cada alimento.

Pero quienes se resisten a dejar de comer en abundancia, algunos de ellos poseedores de una actitud más activa, prefieren las largas sesiones de ejercitación.

Quemar calorías mediante el ejercicio es el remedio más rápido y saludable para eliminar toxinas, además. Pero cuidado: El sobre ejercicio tampoco es aconsejable y puede derivar en serios trastornos físicos. La moderación sigue siendo lo más aconsejable. Algunas caminatas periódicas serán más que suficientes para compensar una actividad sedentaria como el trabajo en la oficina.

Lo más importante, cualquiera sea el caso y más allá de la información que nos agenciemos al respecto, es contar con la ayuda de un profesional y con nuestra propia e íntima decisión de salir de un estado que no es ni debe ser tomado como algo natural.